Hace mucho que no plasmas todo lo que sientes por mí, hace
mucho tiempo que no me dices lo muchísimo que me quieres, lo guapa que soy, los
ojos tan bonitos que tengo. Hace mucho que no me dices lo bien que me sienta el
vestido rojo, que te sorprende que mi pelo sea suave, o que siempre huela bien
(a lady Madrid)
Mucho desde que te hacía que me pusiese las sandalias rojas, esas que te parecen “sexys” y que me dan cierto aire de “putita con
clase”.
Pero ayer fue la última vez que no pudiste dormir sin
cogerme la mano, aunque hiciese un calor subsahariano. Apenas unas horas que te
has quedado dormido en mi pecho, oyendo los latidos de mi corazón. Una noche que no me has llevado a la cama en
brazos porque me he quedado en el sofá. Dos horas que me suplicas con esos ojos
oscuros que no me vaya.
Y yo me pregunto, ¿teniendo hechos para qué queremos las
palabras?
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